jueves, 17 de enero de 2013

SABER O NO SABER

     En una librería neoyorquina, McNally Books, en donde la literatura en castellano ha conquistado un espacio, nos reunimos para hablar en torno a un libro. Muchos españoles, la mayoría jóvenes, y la mayoría de esos españoles, científicos. Investigan sobre sida, memoria emocional, cáncer, memoria espacial... En los primeros tiempos disfrutan de su experiencia, a partir del tercer año comienzan a preguntarse por qué no pueden ejercer su profesión en casa. Vivir en Nueva York es excitante pero duro, agotador. Lo paradójico es que conforme su nivel de capacitación va subiendo, las posibilidades de encontrar trabajo en nuestro país decrecen. Les escucho y pienso en lo frecuente que es leer en la prensa dos juicios de valores del todo contradictorios sobre el nivel de preparación de los jóvenes. Por un lado, tenemos al optimista inquebrantable que afirma que nunca la juventud española ha estado tan preparada; por otro, el tozudo catastrofista que piensa que de esta enseñanza media solo brotan ignorantes. Las dos opiniones son tan reduccionistas que la visión más cercana a la realidad se consigue sumándolas.

       Lo tremendo es que hay una parte de esa juventud, sobrada de talento, a la que no le dejamos otra oportunidad que regalárselo, por ejemplo, a los Estados  Unidos, que lo reciben sin preguntar de dónde viene. Y otra juventud que, como consecuencia dramática de los años burbujeantes de la construcción descontrolada, se encuentra con que ahora tiene las manos en los bolsillos por haber sido diabólicamente adiestrada para obtener beneficio sin tener oficio. La extraña convivencia de esas dos realidades, tan dispares la una de la otra, son las que definen un país en el que se abre un inmenso abismo entre los que saben mucho y no tienen dónde demostrarlo y los que no saben casi nada y no tienen dónde emplear su ignorancia.

Elvira Lindo,  El País, 2010.

martes, 4 de diciembre de 2012

El negro no entiende

Los prejuicios racistas como consecuencia de la ideología de superioridad de los países europeos con respecto a los países tercermundistas.

   Entendemos por paternalismo la actitud del que “protege a los demás” y no les permite actuar por su cuenta. Atendiendo a esta definición, podemos deducir espontáneamente que para que una persona se considere en posición de sentir paternalismo por otra es porque tiene un prejuicio de cualquier tipo sobre la otra persona, a la que considera inferior, en el caso concreto del texto “El negro no entiende” la estudiante alemana tiene un prejuicio racista sobre el joven africano.

  En mi opinión la idea de superioridad de los países desarrollados con respecto a los países pobres, no está del todo infundada, es cierto que los europeos tenemos mayor poder adquisitivo, podemos contar con una mejor alimentación, educación y sanidad gratuita entre otros privilegios, también podemos afirmar que estamos más avanzados en cuanto a tecnología e investigación. Pero ¿debe ser una persona considerada mejor o peor en función a sus pertenencias y privilegios?

   Desde mi punto de vista, una persona vale mucho más por su interior que por su poder adquisitivo, que a fin de cuentas se gana pero también se pierde.

   En nuestra sociedad, en pleno siglo XXI, todavía hay personas que sienten que valen más que otras, algunas son hipócritas y lo niegan, otras son incluso capaces de admitirlo, pero lo cierto es que todos somos seres humanos, y nadie vale más que nadie.

   Teniendo en cuenta que todos somos personas, y por supuesto que todas las personas valemos lo mismo, ¿con qué derecho se cree una persona para mirar por encima del hombro a su semejante?
  
   A mí, lo que más rabia me da de los prejuicios racistas es, sin duda,  las injusticias que conllevan. Yo siempre digo que para saber si nuestros actos están bien o mal debemos ser empáticos y, así, reflexionando de este modo, podremos llegar a imaginarnos las circunstancias que conducen a una persona a dejarlo todo, su familia, sus amigos, su país, TODO, para buscar una vida mejor en un sitio desconocido, donde seguramente personas que nunca han tenido la mala fortuna de verse en su lugar, tal vez incluso por aburrimiento, puedan llegar a divertirse con burlas e insultos, por el simple hecho de haber tenido más suerte en la vida, suere que, seguramente, no acompañó a los antepasados de dichas personas que sí  tuvieron que verse obligados a emigrar.
 
    En definitiva, el ser humano “actúa sin aplicar el pensamiento crítico”, pues prejuzga a personas por algo tan estúpido como sus pertenencias sin plantearse por ejemplo si es buena o mala persona. Definitivamente ¡Me niego a sentirme como la ficha de un parchís y limitarme a nacionalidades y pertenencias a la hora de hacer una valoración de un ser humano!

Carmen Vega
1º Bachillerato A

El negro no entiende

Para tratar un tema tan serio como son los prejuicios racistas y tras mucho pensarlo no he encontrado ningún argumento que defienda este hecho. Sin embargo, he podido vislumbrar varios argumentos en contra sin invertir demasiado tiempo.
El primero de mis argumentos es que todos somos iguales. Todos venimos a la vida de la misma forma y nos vamos de ella, igual. Todas las personas somos iguales, independientemente de la pigmentación de nuestra piel o del color y la forma de nuestros ojos. Todos tenemos los mismos derechos, o eso indica la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por ello, nadie debería menospreciar a otra persona por ningún motivo.
El racismo nos hace volver al pasado en donde la vida se catalogaba según el dinero y la clase social a la que pertenecieses. Antiguamente esta prohibido que dos personas de distinta raza o incluso distinta religión se llegaran a querer y hacia que se fuese creando una diferenciación social. ¿Creemos que ha cambiado mucho la historia de entonces a ahora? Yo no.
En Europa el fútbol juega un gran papel en lo que se refiere a la economía, mueve millones de euros en cada partido, sin embargo, aunque muchos futbolistas son de otros países, no se les muestra una actitud racista, sino que llegan incluso a ser idolatrados.
Esto me hace pensar que solo somos racistas con el extranjero pobre o de una clase social inferior a la nuestra. Lo que, a su vez, me lleva a pensar, ¿el dinero nos hace ser mejores o es solo lo que creemos?

Guillermo Jiménez
1º Bachillerato A

El negro no entiende

¿Que será lo que diferencia a un europeo y a un africano?
Ambos son seres humanos, pertenecen a la misma especie, tienen ilusiones y metas propias e incluso comparten los mismos temores. Entones ¿a qué se deben los prejuicios racistas que tenemos? ¿ a  qué uno es blanco y el otro negro?

Creo que muchos de los prejuicios que tenemos son producidos por la ignorancia. A veces cuando vemos a un inmigrante ya sea africano, árabe o sudamericano, lo primero que se nos pasa por nuestra mente es una especie de lástima hacia ellos. Lástima originada por la idea de que son personas inferiores a nosotros. Personas que no están acostumbradas a nuestra civilización, sin formación y cientos de prejuicios más. Pero eso sí, no se nos pasa por nuestra mente pensar en el valor que estas personas han tenido al dejar sus países de origen y enfrentarse a otras costumbres, otras culturas o que quizás, esas personas tienen mucha más formación de la que  nosotros mismos poseemos.

En  mi opinión, los prejuicios valorativos nos afectan a todos por igual ya que, desde mi punto de vista,  cuando conocemos a una persona, conscientes o inconscientemente, comenzamos a caracterizarla en función de lo que vemos como su ropa , su forma de hablar o su físico. Nos formamos a menudo opiniones basadas en estereotipos como: Toda la gente de tal y tal raza son... Creo que estas ideas han sido formadas en gran parte por la sociedad, los medios de comunicación e incluso por nuestra propia crianza porque nos dejamos llevar por lo que vemos en la televisión o por lo que muchas personas nos dicen y eso da lugar a que nos formemos estos prejuicios no solo raciales sino también infundados y, por tanto, erróneos.

En la historia podemos encontrar ejemplos de cómo el prejuicio de una raza sobre otra ha originado atrocidades, provocando miles de muertes,  por cuestiones tales como el color de la piel o el de los ojos. ¡Cómo si de nosotros dependiera!

En conclusión, deberíamos saber que en los últimos años las sociedades modernas han creado leyes para evitar el racismo con el objetivo de establecer el respeto y la igualdad entre las distintas razas. Pero, entonces ¿Por que el racismo sigue existiendo? ¿Por qué esta sociedad no puede librarse de esta enfermedad en pleno siglo XXI? Tal vez porque las acciones de los hombres pueden ser legisladas pero sus corazones y sus miedos no.


Laura Elena Romero
1º Bachillerato A

lunes, 3 de diciembre de 2012

LOPE DE VEGA Y EL AMOR

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
Áspero, tierno, liberal, esquivo,
Alentado, mortal, difunto, vivo,
Leal, traidor, cobarde y animoso:

No hallar fuera del bien centro y reposo,       
Mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
Enojado, valiente, fugitivo,
Satisfecho, ofendido, receloso:

Huir el rostro al claro desengaño,
Beber veneno por licor suave,                     
Olvidar el provecho, amar el daño:

Creer que el cielo en un infierno cabe;
Dar la vida y el alma a un desengaño,
¡Esto es amor! quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega

jueves, 25 de octubre de 2012

EL NEGRO NO ENTIENDE

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y los consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, los observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: “Pero qué chiflados están los europeos”.

Rosa Montero, EL País.

sábado, 20 de octubre de 2012

MATERIALES

Uno de los aspectos fundamentales que debe cumplir un texto escrito es una organización de las ideas coherente. Para ello, debemos ser conscientes de que toda aquella información o idea que queramos volcar en nuestro comentario, debe ir acompañada, inevitablemente, de argumentos que la apoyen y la hagan, digamos, más fuerte. Aquí os dejo unos apuntes al respecto que espero os ayude a argumentar mejor vuestros escritos.
Por otro lado, en la organización del texto, también es importante que recordemos que una buena estructuración del mismo, ayuda, en gran medida, a su difusión y su éxito. En los apuntes mencionados también se dan pistas acerca de cómo hacer esta distribución.

Espero que os sirvan de ayuda y que apliquéis los consejos a vuestros escritos.